Predecesor:
Pedro II |
Rey de Aragón Conde de Barcelona 1213 - 1276 |
|
Predecesor: Zaiyan | Rey de Valencia
1239 - 1276 |
Sucesor: Pedro III |
Predecesor: María | Señor de Montpellier
1213 - 1276 |
Sucesor:
|
Predecesor:
Nuevo Reino
|
Rey de Mallorca
1231 - 1276 |
Sucesor: Jaime II |
Conquista de Mallorca
Conquista de Menorca
Conquista de Ibiza y Formentera
Conquista de Valencia
Durante su minoría de edad, estuvo bajo la tutela de los caballeros templarios en el castillo de Monzón, habiendo sido encomendado a Guillem de Mont-Rodon, junto con su primo de la misma edad, el Conde de Provenza Ramón Berenguer V.
En septiembre de 1218 se celebraron por primera vez en Lérida unas Cortes generales de aragoneses y catalanes, en las cuales fue declarado mayor de edad.
Hijo de Pedro II el Católico y de María de Montpellier, era el heredero de dos importantes linajes: la Casa de Aragón y el de los Emperadores de Bizancio, por parte de su madre. tuvo una infancia difícil.
Su padre, que
acabaría repudiando a la reina, sólo llegó a concebirlo mediante engaño
de algunos nobles y eclesiásticos que temían por la falta de un sucesor,
y la colaboración de María, haciendo creer a Pedro que se acostaba con
una de sus amantes.
Estas circunstancias produjeron el rechazo de Pedro
II hacia el pequeño Jaime, a quien no conoció sino a los dos años de su
nacimiento.
A esa edad, el rey hizo un pacto matrimonial para entregar a su hijo Jaime a la tutela de Simón, Señor de Montfort, para casarlo con la hija de éste, Amicia, para lo cual el niño iba a ser recluido en el castillo de Carcasona hasta los 18 años.
A la muerte de su padre, durante la cruzada albigense, en la batalla de Muret
(1213), Simón de Montfort se resistió a entregar a Jaime a los
aragoneses hasta después de un año de reclamaciones y sólo por mandato
del papa Inocencio III, mientras, actuaba como regente del reino el conde Sancho Raimúndez, hijo de Petronila de Aragón y Ramón Berenguer IV y tío abuelo de Jaime.
Heredó el señorío de Montpellier a la muerte de su madre (1213).
En febrero de 1221 contrajo matrimonio en la población soriana de Ágreda , población fronteriza entre Castilla y Aragón,con Leonor de Castilla, hermana de la reina Berenguela de Castilla y tía de Fernando III .
En febrero de 1221 contrajo matrimonio en la población soriana de Ágreda , población fronteriza entre Castilla y Aragón,con Leonor de Castilla, hermana de la reina Berenguela de Castilla y tía de Fernando III .
Tras la boda la pareja se trasladó a la Catedral de Tarazona, donde Jaime I fue ordenado caballero templario.
Anulado su primer casamiento por razón de parentesco en 1229, contrajo segundo matrimonio con la princesa Violante (8 de septiembre de 1235), hija de Andrés II, rey de Hungría.
Por el testamento de su primo Nuño Sánchez, heredó los condados de Rosellón y Cerdaña y el vizcondado de Fenolleda en Francia (1241).
Durante los quince primeros años de su reinado, mantuvo diversas luchas
contra la nobleza aragonesa, que incluso llegó a hacerle prisionero en
1224.
En 1227 afrontó un nuevo alzamiento nobiliario aragonés, dirigido
por el infante Fernando, tío del rey, que terminó, gracias a la
intervención papal a través del arzobispo de Tortosa, con la firma de la concordia de Alcalá
(marzo de 1227).
Este tratado marcó el triunfo de la monarquía sobre
los levantiscos nobles, dándole la estabilidad necesaria para iniciar
las campañas contra los musulmanes.
Conquista de Mallorca.-Ante los ataques de los piratas mallorquines, los mercaderes de Barcelona, Tarragona y Tortosa
pidieron ayuda al monarca para acabar con la amenaza.
Así, en una
reunión de Barcelona (diciembre de 1228) le ofrecieron sus naves,
mientras que los nobles catalanes acordaron participar en la empresa a
cambio del botín y dominios territoriales.
En otra reunión en Lérida,
los nobles aragoneses aceptaron las mismas condiciones, pero sugirieron
al rey que la empresa se dirigiera contra los musulmanes de Valencia,
por lo que su participación no sería significativa.
Conquista de Menorca.- El monarca aragonés se vio incapacitado para conquistar Menorca
a causa de las divisiones internas dentro de su ejército por el botín y
la reducción de su ejército debido a unas malas decisiones; aún así, el
monarca consiguió por mediación de dos nobles aragoneses (Pedro Maza, y
Assalido de Gudal), un noble catalán (Bernaldo de Santa Eugenia) y el
comendador del Temple de Mallorca (Ramón de Serra) un vasallaje sobre
Menorca, rubricado por el tratado de Capdepera, por el cual los musulmanes menorquines aceptaron su soberanía (1231).
El vasallaje sobre Menorca sería transferido al reino de Mallorca como parte del testamento de Jaime I.
Alfonso III de Aragón conquistaría de forma efectiva esta isla, después de la capitulación de Abû ‘Umar (1287).
Fue repoblada por catalanes, aunque quedó una abundante población musulmana, que más tarde fue desterrada.
Conquista de Ibiza y Formentera.- Por último, cedió la sumisión de Ibiza y Formentera a la alta aristocracia catalana (Guillermo de Montgrí, arzobispo de Tarragona, y su hermano Bernardo de Santa Eugenia), que la hizo efectiva en 1235. La isla se repobló con campesinos de Ampurias (1236).
La Conquista de Valencia, a diferencia de la de Mallorca, fue hecha con un importante contingente de aragoneses.
De hecho, en 1231, Jaime I se reunió con el noble Blasco de Alagón y el maestre de la Orden Militar del Hospital en Alcañiz para fijar un plan de conquista de las tierras valencianas. Blasco de Alagón recomendó asediar las poblaciones en terreno llano y evitar las fortificadas.
Sin embargo, lo primero que se tomó fueron dos enclaves montañosos: Morella, aprovechando Blasco la debilidad de su gobierno musulmán; y Ares, lugar cercano a Morella tomado por Jaime I para obligar a Blasco de Alagón a que le entregara Morella.
La conquista de lo que posteriormente se convertiría en el reino de Valencia comienza en 1232, con la toma de Morella.
En 1233 se planea la campaña en Alcañiz, que constaría de tres etapas:
La primera etapa empieza con la toma de Burriana en 1233 y Peñíscola.
En 1233 se planea la campaña en Alcañiz, que constaría de tres etapas:
La primera etapa empieza con la toma de Burriana en 1233 y Peñíscola.
La segunda etapa se dirige al sur llegando hasta el Júcar, en la ciudad de Alcira donde se encontraba el único puente de toda Valencia que cruzaba el Júcar.
El 30 de diciembre de 1242 fue conquistada esta villa,
permitiendo así la definitiva conquista del Reino de Valencia.
La tercera etapa abarca desde 1243 a 1245, llegándose a los límites estipulados en el tratado de Almizra en 1244, firmado entre Jaime I y el infante Alfonso (futuro Alfonso X de Castilla)
para delimitar las áreas de expansión sobre territorio musulmán entre
Castilla y la Corona de Aragón.
Las tierras al sur de la línea Biar-Villajoyosa quedaron reservadas para Castilla (incluyendo el reino de Murcia), incorporándose al reino de Valencia por Jaime II de Aragón tras las Sentencias arbitrales de Torrellas (1304) y el tratado de Elche (1305).
En esta última etapa y en los años siguientes, Jaime I tuvo que hacer frente a diversas revueltas de la población mudéjar, encabezadas por el caudillo al-Azraq.
Jaime I obtuvo un gran triunfo sobre la nobleza aragonesa al convertir las tierras conquistadas en Valencia en un reino diferenciado, unido a la Corona de Aragón (1239), respetando sus usos y costumbres y estableciendo los Fueros de Valencia els Furs.
La creación del reino provocó una iracunda reacción de la nobleza
aragonesa, que veía así imposibilitada la prolongación de sus señoríos
en tierras valencianas.
Política ultrapirenaica.-Mediante el tratado de Corbeil (1258) Jaime finalizó las pretensiones sobre Occitania de los antiguos condes de Barcelona.
En contrapartida, San Luis de Francia renunciaba a sus derechos, como descendiente de Carlomagno, sobre los condados catalanes, herederos de la Marca Hispánica.
Jaime I estuvo presente en el Segundo Concilio Lugdunense,
que se celebró en la catedral de Lyon, entre el 7 de mayo y el 17 de
julio de 1274.
El concilio deliberó sobre la preparación de una nueva cruzada
centrándose en los aspectos financieros de la misma, para lo cual se
decidió que durante seis años un diezmo de todos los beneficios de la
cristiandad deberían destinarse a la cruzada.
Jaime I se mostró
partidario de iniciarla inmediatamente pero al oponerse los Templarios
no se tomó ninguna decisión.
Ante las indecisiones de los demás
asistentes a la asamblea canónica, Jaime I se despidió del Santo Padre,
abandonó la reunión con los miembros de su séquito y les dijo: "Barones,
ya podemos marcharnos: hoy a lo menos hemos dejado bien puesto el honor
de España".
Conquista del reino de Murcia.- Castilla había sometido Murcia a vasallaje (1243), pero los murcianos se rebelaron contra Castilla con el apoyo del Reino nazarí de Granada y los gobernantes del Norte de África (1264).
La reina Violante (esposa de Alfonso X el Sabio) pidió ayuda a su padre Jaime I.
Entonces, tropas de la Corona de Aragón mandadas por el infante Pedro (el futuro Pedro III el Grande) conquistaron a Muhammad ibn Hûd Biha al-Dawla el reino de Murcia (1265-66), dejando después a más de 10.000 aragoneses y catalanes en Murcia.
En efecto, hay que recordar que según las condiciones del tratado de Almizra (1244), Murcia pertenecería a Castilla.
Últimos años.- En septiembre de 1269 salió de Barcelona con su armada para una expedición a Tierra Santa, pero dispersadas sus naves por las tormentas, tuvo que desembarcar en Aigües-Mortes, cerca de Montpellier, y hubo de renunciar a aquella empresa.
Tras un reinado de sesenta y tres años, murió en Alcira (Valencia) el 27 de julio de 1276.
En el trance de su muerte, en la residencia real de esta ciudad, y como
había dispuesto, Don Jaime fue amortajado con los hábitos del císter.
Los restos mortales del rey permanecieron depositados en Santa María de Valencia hasta mayo de 1278, en que fueron trasladados al monasterio de Poblet para su sepultura definitiva.
No obstante, tras la desamortización de Mendizábal, el monasterio quedó abandonado y el cadáver de Jaime I fue trasladado en 1843 a Tarragona, donde le fue construido un panteón en la parte posterior de la catedral, que fue inaugurado en 1856.
En 1952, los restos de Jaime I fueron restituidos a Poblet.
Dictó su biografía, el Llibre dels feits, que se convirtió en la primera de las cuatro grandes crónicas reales en catalán.
Descendencia y herencia
De su primera mujer, Leonor de Castilla, tuvo a:
- Alfonso de Aragón (1222-1260), casado con Constanza de Montcada, hija de Gastón VII de Bearne, fue el heredero de la corona pero falleció antes que su padre.
De su segunda esposa, Violante de Hungría, tuvo a:
- Violante de Aragón (1236-1301), mujer de Alfonso X el Sabio.
- Constanza de Aragón (1238-1275), esposa del infante castellano Manuel, hermano de Alfonso X el Sabio.
- Pedro (futuro Pedro III de Aragón), que le sucedió en los reinos de Aragón, Valencia y en los condados catalanes.
- Jaime (futuro Jaime II de Mallorca), que heredó el reino de Mallorca, que comprendía las islas Baleares —Mallorca, Menorca (todavía bajo el poder de un soberano musulmán aunque tributaria desde 1231), Ibiza y Formentera—, los condados del Rosellón y la Cerdaña y los territorios que el Conquistador conservaba en Occitania (el señorío de Montpellier, el vizcondado de Carlades, en Auvernia, y la baronía de Omelades, contigua a Montpellier).
- Fernando (1245-1250), que murió niño.
- Sancha (nacida 1246) se hizo monja y murió en Tierra Santa.
- María (1247-1267), también religiosa.
- Isabel (1248-1271), esposa de Felipe III de Francia, hijo de San Luis de Francia.
- Sancho (1250-1275), arcediano de Belchite, abad de Valladolid y arzobispo de Toledo, falleció prisionero de los moros granadinos.
Durante el reinado de Jaime I, la Corte Condal se transformó en las Cortes Generales de Cataluña, institución que se consolidó en reinados posterioreS.
Los primeros antecedentes de la institución parlamentaria catalana se remontan al siglo XI, con las asambleas de "Paz y Tregua" y la Corte Condal.
Las Cortes Generales tenían tres brazos: el brazo militar, que reunía los representantes de la nobleza; el brazo eclesiástico, con los representantes de la jerarquía religiosa, y el brazo real, con los representantes de los municipios.
Durante los siglos XVI y XVII, esta institución actuó como gobierno de Cataluña ante los monarcas de la Casa de Austria.
En el siglo XVIII, tras la Guerra de Sucesión Española, el Decreto de Nueva Planta promulgado por Felipe V abolió cualquier institución catalana de autogobierno.
No fue hasta el siglo XX que volvió a haber un órgano de autogobierno catalán, la Mancomunidad de Cataluña (1913-1925), que fue abolida por la dictadura de Miguel Primo de Rivera.
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